POLÍTICA DEL GRUPO

Introducción

El nombre “Comida, No Bombas„ afirma nuestro principio fundamental: la sociedad necesita promover la vida, no la muerte. Nuestra sociedad perdona, e incluso promueve la violencia y la dominación. La autoridad y el poder se derivan de la amenaza y el uso de la violencia. Esto afecta nuestra vida diaria a través de la constante amenaza del crimen violento, la violencia doméstica, la represión policial y la amenaza de la total aniquilación mediante una guerra nuclear. Tal exposición constante a la violencia, incluyendo la amenaza de la misma, hace que la gente pierda la esperanza y la autoestima.

La pobreza es violencia, y una expresión de la pobreza es el hambre. Millones de americanos, casi la mitad de ellos niños, pasan hambre todos los días. La malnutrición infantil contribuye enormemente al índice de mortalidad infantil, que es más alto en los Estados Unidos que en otros países industrializados. Globalmente, continuamos gastando más tiempo y recursos desarrollando, usando y amenazando con usar armas de destrucción masiva y planetaria, que en alimentar y celebrar la vida. Al gastar este dinero en bombas en vez de comida, nuestro gobierno perpetúa y exacerba la violencia de la pobreza al no proporcionar comida a quienes la necesitan. Comida, No Bombas ha optado por tomar una posición en contra de la violencia y el hambre. Nos hemos comprometido con un cambio social no violento, distribuyendo comida vegetariana gratuita para así, celebrar y fomentar la vida.

Comida, No Bombas es una organización dedicada a desarrollar positivas alternativas personales, políticas y económicas. A menudo, los revolucionarios son descritos como gente que trabaja para derrocar al gobierno por cualquier medio necesario. Los grupos de Comida, No Bombas en general, no tienen el tiempo ni los recursos para atacar, desgastar y derrocar a la existente cultura de la muerte. Sin embargo, no emplear nuestro tiempo intentando derrocar la estructura de poder existente, no significa que no luchemos contra ella. Al ejercer nuestro derecho a la libre expresión y a asociarnos libremente, retamos a la élite del poder. Y ellos intentará¡n impedir que nos centremos en lo que tiene que hacerse. Queremos crear nuevas alternativas y estructuras que afirmen la vida desde las bases hacia arriba. Queremos reemplazar la cultura de la muerte por una cultura de “Plomeros, No Bombas„, “Guarderías, No Bombas„ y “Cuidado de la Salud, No Bombas„

Comida, No Bombas es una respuesta a la pobreza y a la falta de autoestima de dos formas: Primero, proporcionamos comida de manera abierta y respetuosa a cualquier persona que la reciba. No hacemos que la gente salte a través de aros burocrá¡ticos diseñados para controlar, humillar y a menudo, castigar a la gente pobre. Segundo, invitamos a la gente que recibe comida a que también se involucre en proporcionarla. Esto les da una oportunidad de recobrar su poder y reconocer su habilidad para contribuir a lograr cambios.

La idea de recuperar comida, o “reciclarla„, no es nueva. La gente ha escarbado en la basura buscando comida por mucho tiempo; sin embargo, los propietarios de las tiendas a menudo envenenan o ponen candado a los contenedores de basura para impedir esta prá¡ctica. De igual modo, los defensores del medio ambiente han abogado desde hace tiempo por la creación de abono natural, pero esto aún no se practica a gran escala. Por lo tanto, recuperar grandes cantidades de comida de una manera consistente y organizada para alimentar a la gente que pasa hambre es un acto político radical en la sociedad actual.

Aunque Comida, No Bombas no tiene una estricta plataforma política, tenemos una filosofía política general con la que nos identificamos desde hace años. El núcleo de esta filosofía es considerar a cada grupo local como autónomo. Cada grupo e individuo elige su propia política y sus propios valores. Este capítulo presenta algo de esta filosofía desde la perspectiva de los autores.

La Nueva Sociedad

En la actualidad, al igual que a mucha gente, nos preocupa la dirección que el mundo está tomando. La dominación, la violencia y el asesinato parecen ser las opciones predominantes en nuestra sociedad. Esto es lo que llamamos, “la cultura de la muerte„. La aceptación de la guerra, la aniquilación nuclear, la destrucción del medio ambiente y el genocidio está muy difundida y es la base del “Nuevo Orden Mundial„ de la élite del poder.

Hoy más que nunca, la cultura de la muerte impone la idea que es necesario que la gente joven entre al ejécito y mate para tener paz. La paz a través de la amenaza de guerra es imposible porque usar la amenaza de destrucción como una manera de prevenir la guerra es sinónimo de dominación. Sin embargo, pocas voces se dice que hay una alternativa a la dominación y la violencia. Nuestra sociedad otorga muy poco valor al trabajo por la paz y existen pocas oportunidades de informarnos acerca de una resistencia a los impuestos de guerra o de la creación de una cultura que afirme la vida.

Tenemos claro que la mayor contribución para detener las bombas es nuestro retiro de las estructuras políticas y económicas de la cultura de la muerte. Como individuos, muchos de nosotros practicamos la resistencia al impuesto de guerra; y como organización, operamos fuera del paradigma económico dominante. No operamos por lucro; de hecho, operamos con un presupuesto muy bajo en comparación con el valor de la comida que distribuimos. Debido a que generalmente ignoramos a las autoridades, tenemos el menor contacto posible con ellas; pero considerando que deseamos difundir nuestras alternativas que afirman la vida, nunca escondemos lo que estamos haciendo.

La Teoría de la No- Violencia

No-violencia significa responder a situaciones de injusticia con acciones concretas. La clave de la no-violencia es la habilidad de ver la violencia potencial de una situacin antes de que ésta se torne violenta y actuar para disminuir ese potencial. Si no podemos impedir que ocurra al menos podemos trabajar para minimizar sus efectos.

Es extremadamente importante que actuemos de manera consistente con nuestros valores. No estamos interesados en usar violencia contra la policía u otros. En la práctica, ellos normalmente pueden ejercer más fuerza violenta que nosotros. Pero, filosóficamente, no queremos hacer uso del poder para dominar en nuestros esfuerzos por conseguir el cambio social. Queremos crear una sociedad basada en los derechos y las necesidades humanas, no en la amenaza y el uso de la violencia. No queremos dominar; queremos buscar la verdad y apoyarnos los unos a los otros en la solución de conflictos sin violencia.

Incluso la comida que elegimos servir es una expresión de nuestro compromiso con la no-violencia. Intentamos evitar el uso de cualquier producto animal porque sabemos del daño que causan. No sólo al animal sino a nosotros mismos, al medio ambiente y a la economía. La forma principal de producción de comida es un proceso inherentemente violento que involucra la matanza de millones de animales y el envenenamiento de nuestro aire, agua, tierra y cuerpo con pesticidas y fertilizantes químicos. Las industrias cárnicas y lácteas controlan las políticas gubernamentales que sirven principalmente a sus propios intereses financieros y no a los del público en general.

La Práctica de la No-Violencia

Como organización, nos esforzamos por ser muy abiertos; aquí hay lugar para todas las perspectivas políticas progresistas y para todo aquel que quiera expresarse. Para algunos, la decisión de trabajar para <9>Comida, No Bombas supone un cambio total en su estilo de vida. Para otros, la decisión se expresa a través de un compromiso con los valores que afirman la vida mientras continúan trabajando dentro del sistema social. Nosotros intentamos valorar a los individuos por las contribuciones que ofrecen, sin ninguna expectativa de que se separan por completo del statu quo.

Nuestro mundo es multicultural y las estructuras sociales y políticas deben ser sensibles a esta realidad. Retar al racismo, clasicismo, prejuicio de género, la homofobia y a otros comportamientos opresivos es esencial para crear un mundo que se sostenga a sí mismo y en el que se afirme la vida. Todos debemos comprometernos en un trabajo multicultural y esto incluye tanto a los miembros de Comida, No Bombas como a aquellos con quienes entramos en contacto en la calle o a través de las organizaciones políticas y de servicio con las que trabajamos.

Una de las maneras particulares en las que Comida, No Bombas se involucra en el trabajo multicultural es la creación de caminos para compartir el acceso a los recursos. Los miembros del grupo identifican y obtienen la comida que más necesita la comunidad. Damos un ejemplo de cómo un pequeño grupo de personas con limitados recursos económicos puede producir un gran cambio en la calidad de vida de mucha gente al organizar y recuperar productos alimenticios sobrantes en la sociedad actual. Tenemos la esperanza que la redistribución de recursos que no solamente sean comida, llegue a ser una actividad a la que se una un mayor número de personas. Después de todo, somos la gente a la que intentamos servir.

Los grupos de Comida, No Bombas son abiertos y democráticos. Las decisiones se toman por consenso, El consenso crea un clima en el que las diferentes opiniones puedan expresarse sin miedo y dónde los conflictos puedan resolverse de una manera respetuosa y pacífica. No es una competencia de ideas para ganar el favor del grupo sino de trabajar cooperativamente para sintetizar las ideas y tomar la mejor decisión posible para todos los involucrados. El proceso de consenso se esfuerza por asegurar que todos tengan la oportunidad de compartir su punto de vista y de participar en la toma de decisiones. El consenso no significa que todos piensen de la misma manera. La gente puede estar de acuerdo o en desacuerdo pero aún así alcanzar un consenso de grupo.

La gente se siente con más fuerza cuando se le anima a participar y a tomar más responsabilidad en las decisiones y las acciones del grupo. Esto les enseña no solamente a ser poderosos de manera pacífica, sino también a buscar acceso al poder. Nunca viviremos en una sociedad donde haya un poder igual compartido por la gente. Sin embargo, es posible imaginar un mundo en el cual cada persona tenga igual acceso al poder y en el cual el consenso sea un proceso basado en la oportunidad de todos de participar en la toma de decisiones. El modelo particular que su grupo elija utilizar será determinado por su tamaño y sus necesidades. El libro “Sobre el Conflicto y el Consenso„ (ver Bibliografía) describe un modelo llamado “Consenso Formal„. Este sería un buen punto de partida parea crear su propio proceso de consenso.

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